Unión, No Separación

«Porque él es nuestra paz, que de ambos pueblos hizo uno, derribando la pared intermedia de separación, aboliendo en su carne las enemistades, la ley de los mandamientos expresados en ordenanzas, para crear en sí mismo de los dos un solo y nuevo hombre, haciendo la paz.» Efe. 2:14-15

El otro día estaba haciendo un devocional con un grupo de amigos y me topé con estos versos. Como hemos enfrentado en tiempos recientes protestas y conflictos relacionados al racismo, me puse a pensar como Dios en su soberanía sabia que el conflicto acerca de división y separación trascendería a través del tiempo, así que El quería que estos versos se encontraran en La Biblia para recordarnos que Jesus no vino a dividir, sino, a unir.

Estos versos no podrían explicar mejor lo que el mensaje de la iglesia debería ser en estos tiempos: Condenamos el racismo en toda forma, y sí, recibimos y nos paramos al lado de sus víctimas, sin embargo, deberíamos también intentar acercarnos a los perpetradores de esos horrendos actos y no alejarlos.

Para tener un mejor entendimiento de esta escritura, veamos los versos 3-5:

«Entre los cuales también todos nosotros vivimos en otro tiempo en los deseos de nuestra carne, haciendo la voluntad de la carne y de los pensamientos, y éramos por naturaleza hijos de ira, lo mismo que los demás. Pero Dios, que es rico en misericordia, por su gran amor con que nos amó, aun estando nosotros muertos en pecados, nos dio vida juntamente en Cristo (por gracia sois salvos).»

De alguna manera u otra, todos somos merecedores de la ira de Dios, la única diferencia entre nosotros los cristianos y las personas racistas es que Jesús redimió nuestras vidas, por gracia hemos sido salvos. Si comenzamos a señalar con nuestro dedo y a juzgar las personas por sus acciones estamos permitiendo que el evangelio de la gracia sea invalidado. Eso es exactamente lo que Satanás quiere.

Satanas quiere que creamos que este mundo y estas personas están demasiado lejos para recibir la gracia y las misericordias de Dios. Él quiere que nos volvamos desesperanzados.

Como cristianos, estos son tiempos para nosotros amar a las personas. Compartir el evangelio de Jesús, las buenas nuevas acerca de la salvación y la redención PARA TODOS. Recordemos que Dios todavía está en el negocio de los milagros y la transformación. Estemos esperanzados e incluyamos a todos en nuestro mensaje de aceptación.

Acerca de la autora: Anyeline es la madre de uno, amante de Jesus, y disfruta una buena taza de cafe. Es originalmente de la Republica Dominicana, pero ahora es una orgullosa ciudadana Americana. Si visitan nuestra iglesia, la encontraran enseñando nuestra clase de jovenes adultas o ayudando en el misnisterio de niños. Ella siempre tiene una sonrisa y un saludo calido para amigos y extraños tambien.