¿Cómo Callar Las Voces Que Nos Persiguen Dentro De Nosotros?

«Ahora, pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús, los que no andan conforme a la carne, sino conforme al Espíritu» Rom. 8:1

Sentía que esta escena se repetía de nuevo, estábamos sentados en el carro y mi hijo me preguntó ese Sábado en la mañana si podía invitar a su amiguito a casa. Me sentí frustrada. No debería ser tan complicado, lo único que quería era jugar un rato con otro niño, sin embargo, por la gran lista de quehaceres que tenía ese día se me hacía imposible agregar uno más. No podía ir a buscar y llevar su amiguito a nuestra casa, así que la respuesta tuvo que ser no. Lamentablemente, esa respuesta es más frecuente de lo que quisiera en mi hogar en esta etapa de mi vida.

Por supuesto, luego de decirle no y explicarle el por qué, pasé parte del día culpándome porque no podía complacerlo. Todo tipo de pensamientos pasaron por mi mente: Que mala madre soy; será que debo dejar mis estudios para dedicarle más tiempo a él, o lo estoy frustrando. No sé si ustedes se han encontrado allí, culpándose una y otra vez por no poder ser todo para todos.

Gracias a Dios, en medio de todos ese ruido, escuché una voz que me decía: ¿Son ciertos esos pensamientos que estás teniendo? ¿Por cual filtro están pasando para verificar sin son verdad? ¿Le dirías esas palabras a tus amigas? De repente me acordé que Satanás es el maestro de las mentiras e intentará de cualquier manera evitar que cumplas el rol que Dios tiene para ti, de la misma forma que intentó utilizar a Pedro para impedir que Jesús fuera a morir por nosotros en la cruz.

Una de las armas más letales que Satanás utiliza para mantenernos atados y que no podamos alcanzar todo nuestro potencial, es la culpa. Esta es definida por Rafael Raja como «una especie de voz interna que nos autocondena intensamente todo el tiempo por algo que deberíamos, o no, haber dicho o hecho.» No nos detenemos a pensar si es verdad, solo sentimos que los es.

Luego que pude pensar claramente, empecé a pensar en los datos que tenía en mi mente que sí eran verdaderos: Estoy estudiando para poder brindar un mejor futuro a mi hijo; por más ocupada que esté siempre me preocupo de tener citas con él durante la semana; la noche anterior habíamos tenido una noche de pelis, y no está mal que el niño entienda que no siempre todo es posible, por que en realidad, no lo es!

Luego de haber pensado en todas esas verdades, me acordé de una verdad aún más poderosa, ya no hay condenación para los que están en Cristo Jesús y andan conforme al Espíritu y no a la carne. Que gran manera de quitarnos toda la culpa y peso de encima!

Si estamos haciendo conforme a la voluntad de Dios, no debemos condenarnos en ningún momento, aún cuando nuestros sentimientos griten lo contrario.

¿Cómo saber si es la voluntad de Dios?

Ora por eso honestamente, si es algo que a Dios no le agrada, Él lo quitará de tu camino.

 Lee la Biblia, podemos encontrar muchos principios que podemos aplicar al día a día.

También, puedes pedir consejos a personas sabías a tu alrededor.

Recuerda, la culpa condena pero la verdad de Dios libera!

Acerca de la autora: Anyeline es la madre de uno, amante de Jesus, y disfruta una buena taza de cafe. Es originalmente de la Republica Dominicana, pero ahora es una orgullosa ciudadana Americana. Si visitan nuestra iglesia, la encontraran enseñando nuestra clase de jovenes adultas o ayudando en el misnisterio de niños. Ella siempre tiene una sonrisa y un saludo calido para amigos y extraños tambien.